Lo que más me gusta de las Navidades (de siempre), es todo lo que rodea a los Reyes Magos: la cabalgata, la emoción de la espera, la mañana de los regalos (con mis hijos a eso de las 07:00 a.m.), ver la cara de los niños…

Una de las cosas que más me ha llamado la atención este año (quizá porque ahora estamos inmersos en un proyecto muy bonito sobre esto…) son las cosas que nos decían mis hijos: “Papá, mamá, este año como nos hemos portado bien y hemos sacado buenas notas, nos traerán la Tablet y el ‘Tren del Abuelo Pig’ que hemos pedido, ¿verdad?”

Así es que resulta que desde pequeños, durante el año estamos evaluando a nuestros hijos (bueno, nosotros no, los Reyes Magos) para ver si se merecen o no el regalo que han pedido. Si esto nos parece normal, lógico y hasta cotidiano desde que somos niños, ¿Por qué nos cuesta tanto “creer” en la Evaluación de Desempeño en las organizaciones?

Supongo porque es difícil sentarse (de una manera formal) con nuestro responsable para hablar de lo realizado en el año que acaba y sentar las bases del que empieza. Supongo también que “las herramientas” utilizadas por las compañías para la realización de las evaluaciones no son muy amigables ni muy didácticas.

De cualquiera de las maneras, la Evaluación de Desempeño, proceso que cae dentro del negociado de RRHH, es uno de los más complicados y delicados de realizar por lo que conlleva…promociones, subidas salariales, salidas, etc.

Deberíamos entender la Evaluación de Desempeño como una herramienta que nos permita sentar las bases del Desarrollo Individual de nuestros equipos, como una oportunidad de hablar en profundidad con nuestro responsable…

…y no deberíamos entender la Evaluación de Desempeño como algo rutinario, como una manera de cumplimentar un formulario, como algo que nos mandan y entre evaluador y evaluado se ponen de acuerdo para rellenarlo.

Por esto, deberíamos cambiar la percepción que tienen los empleados de cualquier compañía sobre lo que representa la Evaluación de Desempeño y ser capaces de concienciar de la importancia de este proceso.

Al igual que los niños miran “de reojo” a los Reyes para intentar ser mejores, intentemos que la Evaluación de Desempeño sea el acicate que necesitan las organizaciones para mantener la tensión en sus profesionales.