- 12 abril, 2016
- Posted by: dsanchez
- Categoría: Blog
El sábado 19 de marzo, me volvieron a sorprender mis hijos con sus regalos del “día del padre”, más que por la utilidad en sí, por su significado y sus frases que te llegan a emocionar.
Mi hija pequeña ya me lo había dado el jueves anterior (cuando acabaron el cole antes de las vacaciones de Semana Santa) que no se podía aguantar decía…eso también me ilusiona, y mi hijo mayor me lo regaló el sábado.
Lo que más me emocionó de verdad fue una frase que resumía todo el regalo de manualidades que habían hecho: “De tu mano voy a aprender lo que mañana voy a ser”… la verdad es que es una frase muy bonita y con mucho fondo que me hizo pensar.
Si nos ponemos a analizarla, parece lógico que independientemente de los genes y la forma de ser de cada uno de nosotros, los niños imiten algunas cosas que ven de aquellas personas con las que comparten aprendizajes…padres, profesores, abuelos e incluso de amigos.
Sin darnos cuenta, van aprendiendo un montón de cosas, formas de hacer, formas de vestirse, formas de hablar, etc., que luego nos sorprenden cuando les vemos hacerlas…”de tu mano voy a aprender lo que mañana voy a ser”.
Por ejemplo, a mi hija le encanta vestirse de profesora y dar clase con sus muñecas, copiando la “forma de vestirse” de su maestra, sus formas de explicar las fichas e incluso las formas de “llamar al orden” determinados comportamientos de sus alumnos/muñecos. A mi hijo le encanta hacer matemáticas como se las explica su madre, exactamente con sus mismos razonamientos y formas de hacer.
Haciendo un paralelismo con el mundo de las empresas, nos encontramos a los “líderes” como referentes. Existen los que gestionan a las personas de una manera admirable y son el espejo al que muchos de nosotros nos gustaría y deberíamos mirarnos. Pero también existen otros muchos que están en el lado opuesto…pero que por desagracia también son el referente de otras muchas personas.
Es muy común que en las organizaciones nos digan cómo fulanito o menganito “ha heredado” la forma de dirigir de su jefe y lo difícil que les resulta hacer una renovación de los estilos de dirección por esta misma razón.
Si dejamos que la forma de gestionar personas salga de cada uno de los líderes, tendremos lo habitual, líderes muy bien valorados y con los que mucha gente le gustaría trabajar y otros líderes peor valorados pero que tienen sus “propios seguidores”.
Por esto, es tan importante que seamos capaces de definir el “Estilo de Gestión de Personas” que queremos en nuestras organizaciones.
Algunos puntos a tener en cuenta:
- Lo primero que tenemos que tener claro es la estrategia que queremos llevar a cabo en los próximos X años y qué palancas se van a utilizar para conseguirlo.
- Dentro de esta estrategia tendrán un papel muy importante los líderes y su forma de dirigir a los equipos para conseguirlo.
- Dependiendo de la estrategia y de lo que queramos conseguir, los estilos de gestionar personas tendrán que ir alineados a esta estrategia:
- Tener claro que existen comportamientos fundamentales para dirigir a las personas que serán independientes de cualquier estrategia.
- Tener claro que existen otros comportamientos que deben ir alineados con el camino de la compañía.
Lo más importante es que debemos Definir el Estilo de Gestión de Personas que queremos tener en nuestra organización para que todos los líderes se ajusten (con sus peculiaridades) a ese estilo y todos lo aprendamos como la esencia clara de pertenecer a esa organización.
… y por qué no, todos podamos decir eso que aparecía en el regalo…”de tu mano voy a aprender lo que mañana voy a ser”…y, por supuesto, esto que aprendamos sea el fundamento y atributo fundamental de ser un líder de nuestra organización.